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Detalles del ataque a hinchas del Cúcuta deportivo en tolú, sucre

  • Rosa Hernández
  • 14 abr
  • 4 Min. de lectura

Un nuevo episodio de violencia sacude al fútbol colombiano. La barra La Banda del Indio, reconocida hinchada del Cúcuta Deportivo, denunció públicamente el asesinato de uno de sus integrantes en el municipio de Tolú, en un hecho que calificaron como un ataque premeditado y “profundamente injustificado”.


En un comunicado dirigido a la opinión pública, la barra afirmó que el ataque ocurrió en la noche del sábado, alrededor de las 11:30 p.m., cuando un grupo de sus miembros fue interceptado por personas que, según su versión, estaban disfrazadas de hinchas del Junior de Barranquilla. Según relatan, el grupo agresor habría comenzado una persecución hotel por hotel, sacando a los cucuteños con armas de fuego, armas blancas, machetes y piedras.





Negligencia estatal y abandono del barrismo social

Además de la tragedia, la barra aprovechó para lanzar un duro llamado al Ministerio del Interior y a las autoridades locales, denunciando el abandono del barrismo social en Colombia. A través de otro comunicado público, expresaron su frustración por la falta de garantías institucionales para el desarrollo seguro de sus actividades como grupo organizado.


“No hemos recibido el respaldo necesario para desarrollar nuestras actividades de manera segura y constructiva. El barrismo social es parte de la cultura e identidad colombiana y debe ser reconocido y apoyado”, se lee en el documento.


La barra solicitó con urgencia que se establezcan mecanismos de diálogo entre las autoridades y las barras organizadas del país, y que se trabaje de manera coordinada en la promoción de la convivencia y la prevención de la violencia en el fútbol. También pidieron la intervención de la Defensoría del Pueblo para que haga seguimiento a lo ocurrido y acompañe a las familias de las víctimas.


Según el alcalde de la localidad, los hinchas motilones llegaron a su municipio a cometer desmanes e inclusive hurtos, mientras tanto, la banda del Indio aseguran que fueron perseguidos y atacados sin misericordia por pobladores del municipio, y denunciaron que hay compañeros desaparecidos.



Un llamado al respeto y a la verdad

Finalmente, La Banda del Indio desmintió categóricamente que sus integrantes hayan estado cometiendo actos delictivos durante su estadía en Tolú, como se habría sugerido en algunos sectores. “Es totalmente falso que estuviéramos robando o causando daño. Esto ya ha ocurrido antes en ese municipio. Recordamos los muertos de la barra Fortaleza Leopardá hace dos años en circunstancias similares”, concluyeron.


Mientras la comunidad cucuteña exige justicia, la violencia sigue cobrando vidas en el entorno del fútbol colombiano, dejando en evidencia una urgente necesidad de políticas públicas que fortalezcan el barrismo social y garanticen condiciones seguras para todas las expresiones culturales y deportivas del país.


El enfrentamiento se registró en la madrugada del domingo en la avenida Primera de Tolú, frente al mar, donde varios buses con seguidores del Cúcuta arribaron al balneario e instalaron campamentos improvisados en la playa. Lo que parecía una jornada festiva derivó rápidamente en una batalla campal entre hinchas y residentes del municipio, en hechos que aún están siendo investigados por las autoridades.


Durante los disturbios se utilizaron piedras, palos y machetes. El Hotel Macondo fue uno de los puntos más afectados tras ser incendiado parcialmente. Además, varios vehículos fueron destruidos y decenas de personas resultaron heridas.


Videos difundidos en redes sociales muestran escenas de alto impacto: grupos enfrentándose violentamente en plena vía pública, fuego consumiendo parte del hotel, y una tensión generalizada en la zona turística del municipio sucreño.


Ante esta situación, el alcalde de Sincelejo, Yahir Acuña Cardales, anunció la suspensión del partido entre Cúcuta y Jaguares, que estaba programado para las 3:45 p. m. en el estadio Arturo Cumplido Sierra. “El fútbol debe jugarse en paz, o no se juega”, declaró el mandatario, quien aseguró que la medida fue adoptada en coordinación con la Policía Nacional para evitar que la violencia se trasladara a la capital sucreña.


Además de cancelar el encuentro, se ordenó el cierre de fronteras municipales y la expulsión inmediata de cualquier persona considerada un riesgo para el orden público. La Gobernación de Sucre, a través de su mandataria Lucy García Montes, rechazó enérgicamente los hechos y pidió a la Dimayor, al Ministerio del Deporte y a la Federación Colombiana de Fútbol fortalecer los protocolos de seguridad en los partidos.



“Estos actos no representan el verdadero espíritu del deporte. No podemos permitir que unos pocos empañen el fútbol colombiano con violencia”, expresó la gobernadora, quien también pidió evaluar con rigurosidad los riesgos que implica el ingreso de barras organizadas con antecedentes de disturbios.


Tras los enfrentamientos, se convocó un consejo extraordinario de seguridad en Tolú con el fin de coordinar respuestas institucionales y evitar nuevos incidentes. Las autoridades locales anunciaron medidas como el refuerzo del pie de fuerza en la zona y operativos especiales para proteger tanto a los residentes como a los turistas.



Este nuevo episodio de violencia vuelve a encender las alarmas sobre la presencia de barras bravas en el fútbol colombiano, un fenómeno que ha generado múltiples tragedias en los últimos años y que sigue sin una solución estructural clara.



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