Seis mujeres han sido atacadas a bala en el último mes en Cúcuta, la violencia armada contra ellas no da tregua
- TVCUCUTA
- hace 6 días
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Ana Lucía, la más reciente víctima, fue baleada frente a su casa por un hombre que llegó preguntando por ella. La comunidad teme por el aumento de ataques selectivos.

La noche del martes 8 de julio, Ana Lucía Ruiz Roa, de 31 años, fue atacada violentamente frente a su casa en la urbanización Villas de Sevilla, en Villa del Rosario. Tres hombres en moto llegaron hasta su residencia, preguntaron por ella, y tras una breve conversación, uno de los agresores sacó un arma traumática y le disparó a quemarropa.
Ana Lucía recibió al menos tres impactos: en la pierna, el abdomen y el hombro. Aunque logró mantenerse consciente, fue trasladada inicialmente al Hospital Jorge Cristo Sahium, y luego remitida a un centro asistencial en Cúcuta por la gravedad de las heridas.
Este hecho se suma a una preocupante secuencia de ataques armados contra mujeres en el área metropolitana de Cúcuta, donde en menos de un mes se han reportado seis casos similares. Dos de las víctimas murieron y cuatro más, como Ana Lucía, han resultado heridas.
Una tendencia alarmante: ¿quién protege a las mujeres?
El caso más reciente antes de Ana Lucía ocurrió en el barrio María Gracia, donde Wendy Natalia Jiménez fue herida con dos disparos en la cabeza el pasado domingo. Aún lucha por su vida.
En junio, Ana Dolores Ramos y Linda Fernanda Guerrero murieron tras recibir varios impactos de bala en diferentes sectores de la ciudad. Otros casos incluyen ataques a mujeres en los barrios Las Palmeras y Niña Ceci, todos con patrones similares: agresores en motocicleta, disparos a quemarropa y rutas de escape rápidas, casi siempre sin capturas inmediatas.
¿Qué está pasando con la seguridad para las mujeres?
Los ataques sistemáticos contra mujeres en la región generan una creciente sensación de vulnerabilidad y abandono. Aunque en algunos casos las autoridades han relacionado los hechos con posibles conflictos personales o deudas, el patrón de violencia letal y selectiva sigue creciendo sin respuestas claras.
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