Mafe Carrascal, blanco de críticas en el Congreso tras su abrazo a Benedetti
- Rosa Hernández
- 27 feb
- 2 Min. de lectura
Un fuerte revuelo se vivió en el Congreso de la República luego de que la representante a la Cámara por Norte de Santander, María Fernanda Carrascal, fuera blanco de una de las "peinadas" más duras que se recuerden en el recinto. La controversia estalló cuando varias congresistas la increparon por haber abrazado al exsenador Armando Benedetti, señalado de maltrato contra mujeres.
El gesto de Carrascal desató una ola de indignación entre las mujeres de la Cámara, quienes no dudaron en recriminarle su cercanía con Benedetti, recordando los episodios en los que ha sido acusado de violencia verbal y psicológica contra figuras femeninas de la política. En redes sociales, la escena se viralizó rápidamente, acompañada del hashtag #UstedQuéOpina, donde cientos de usuarios manifestaron su rechazo y cuestionaron la coherencia de la representante, quien ha sido una firme defensora de los derechos de las mujeres.
El peso de la memoria feminista en la política
El nombre de Benedetti ha estado marcado por múltiples escándalos, incluyendo señalamientos de maltrato a su exasesora Laura Sarabia, lo que lo ha convertido en un personaje polémico dentro de la política colombiana. Por ello, el abrazo de Carrascal fue interpretado como una contradicción por parte de quienes defienden el feminismo y la lucha contra la violencia de género en el Congreso.
En medio del debate, la representante Carrascal intentó justificar su gesto, asegurando que fue un acto espontáneo y que su postura en defensa de las mujeres sigue intacta. Sin embargo, sus palabras no lograron calmar la tormenta política y las críticas continúan escalando dentro y fuera del Legislativo.
Este episodio reabre la discusión sobre la coherencia política en el Congreso y la lucha contra el machismo dentro de los círculos de poder. Mientras tanto, la representante ocañera enfrenta una de las mayores crisis de imagen de su carrera, con un sector del feminismo que le exige explicaciones y una postura más firme frente a casos de violencia de género.
¿Error político o traición a la causa?
El debate sigue abierto: ¿se trató de un simple gesto malinterpretado o de un desliz imperdonable dentro de la lucha feminista?




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