Banco de la República frena a Petro y deja tasas sin cambios

La tensión entre el presidente Gustavo Petro y la Junta Directiva del Banco de la República volvió a quedar en evidencia este 30 de septiembre, luego de que el Emisor decidiera mantener inalterada la tasa de interés en 9,25%, a pesar de los llamados insistentes del mandatario para acelerar los recortes y estimular la economía.

La decisión, adoptada por mayoría de cuatro de los siete miembros de la Junta, contradice de manera directa la posición del Gobierno, que ha insistido en que la alta tasa de referencia es un freno para el consumo, la inversión y el crecimiento. Mientras tanto, dos codirectores votaron por una reducción de 50 puntos básicos y uno por un recorte de 25.

Inflación y riesgos en el radar del Emisor

El Banco justificó su postura con un argumento central: la inflación sigue siendo más persistente de lo previsto. En agosto, el Dane reportó una variación anual de 5,1% y una inflación básica de 4,8%, ambas por encima de los pronósticos.

“El nuevo escenario sugiere una convergencia más lenta hacia la meta del 3%”, señaló el comunicado oficial, en el que también se advirtió sobre las expectativas crecientes de inflación para 2025 y 2026, que ya se ubican en 5% y 4%, respectivamente.

Además, el Emisor recordó que la economía creció 2,5% en el segundo trimestre del año, impulsada por el consumo interno y la inversión en obras civiles y maquinaria, lo que confirma un panorama de relativa solidez que, a juicio de la mayoría de la Junta, no amerita una reducción más agresiva de las tasas.

La molestia del Gobierno

El ministro de Hacienda, Germán Ávila, no ocultó su inconformidad. Aseguró que la decisión refleja una postura “conservadora” que desconoce la necesidad de reactivar el crecimiento:

Ávila insistió en que los indicadores macroeconómicos, como la apreciación del peso y la estabilidad del crecimiento, dan margen para recortar la tasa de referencia y dinamizar la economía.

Un pulso que apenas comienza

La decisión del Banco de la República no solo tiene efectos económicos, sino también políticos. Petro ha sido uno de los presidentes más críticos de la independencia del Emisor, al que acusa de tomar decisiones que favorecen a los sectores financieros más que al país productivo.

El pulso entre Gobierno y Banco seguirá marcando la agenda, pues de la evolución de la inflación, el consumo y la inversión dependerán los próximos movimientos de la Junta. Por ahora, el mensaje es claro: la política monetaria seguirá siendo cautelosa, aunque eso signifique chocar con el proyecto económico del Ejecutivo.