Crisis en transporte de carga en Norte de Santander

En la noche de este martes, hombres fuertemente armados interceptaron varios camiones en el sector de La Rugosa, zona minera de Sardinata, y los incineraron en plena vía, sembrando pánico entre los habitantes.

Los conductores fueron obligados a descender de los vehículos antes de que los atacantes les prendieran fuego. Aunque no se reportan heridos, el miedo se apoderó de la comunidad que, una vez más, queda atrapada en medio de la ofensiva de los grupos armados ilegales que operan en el Catatumbo.

Este atentado se suma a una preocupante cadena de ataques: seis en menos de una semana en Norte de Santander. Cuatro de ellos en el área metropolitana de Cúcuta, uno en Chinácota y ahora el más reciente en Sardinata.

Las autoridades anunciaron un operativo especial en la zona y no descartan que todos estos hechos estén conectados, como parte de una estrategia criminal para sembrar terror y presionar con violencia en la región.

En paralelo, en San Cayetano se logró la captura de Arbenys Leonardo Orellanos Nieto, alias el Gordo, señalado de participar en la quema de vehículos de carga en Cúcuta y municipios cercanos. El operativo, ejecutado por el Gaula de la Policía Metropolitana y el Ejército Nacional, terminó con la detención de el Gordo y la muerte de su cómplice, alias Negro, en medio de un cruce de disparos.

De acuerdo con el coronel Fabio Ojeda, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, alias el Gordo hacía parte de la red de apoyo al terrorismo del ELN, específicamente al Frente Urbano Reinaldo Ardila Gómez, y sería responsable de al menos cuatro ataques contra camiones de empresas de bebidas como Bavaria y Postobón. En los procedimientos fueron incautadas armas, motocicletas y un celular con información clave para las investigaciones.

La hipótesis de las autoridades apunta a que estos ataques estarían ligados al no pago de extorsiones por parte de las compañías, una práctica con la que los grupos armados buscan intimidar a comerciantes y transportadores en la región.

Mientras en Sardinata se desplegan nuevos operativos tras la incineración de camiones, la captura de el Gordo representa un golpe importante contra la estructura urbana del ELN. Sin embargo, la serie de atentados deja en evidencia que el terror contra el transporte en Norte de Santander sigue en aumento, con una comunidad que vive entre la zozobra y la incertidumbre.