Secuestradores de gatos, fueron judicializados al extorsionar por la liberación del felino
- Rosa Hernández
- 28 feb
- 2 Min. de lectura
En un insólito caso de extorsión, una pareja en Medellín fue capturada tras secuestrar a un gato y exigir una millonaria suma de dinero para devolverlo. Los hechos ocurrieron en el barrio Robledo, donde el propietario del felino, Garfield, llevó a cabo una intensa búsqueda desde septiembre de 2024, cuando desapareció de su hogar.

Según informó la Fiscalía Seccional Antioquia, el dueño de Garfield pegó carteles y organizó operativos de búsqueda sin imaginar que su mascota estaba en manos de Jeferson Esney Gil, Diana Sofía Marín y su hija, quienes lo habían retenido en la misma unidad residencial.
El 16 de febrero, tras cruzarse con la niña de la pareja, el dueño del gato le explicó la situación. Sin embargo, su madre, Diana Sofía Marín, le exigió cinco millones de pesos a cambio de la devolución. Indignado, el afectado denunció ante la Fiscalía, lo que resultó en la captura de Marín por extorsión simple.
Pero, no bastándoles con lo sucedido, Esney Gil, pareja de la persona capturada, amenazó al dueño de Garfield, asegurando que tenía nexos con un grupo delincuencial del sector y exigió nuevamente el dinero. Finalmente, el 19 de febrero, la pareja fue capturada en un operativo encubierto del Gaula de la Policía Nacional. Garfield fue recuperado sano y salvo.
Alerta por el auge del secuestro de mascotas en Colombia
El caso de Garfield revela una preocupante tendencia delictiva en varias ciudades del país. En Bogotá, el secuestro de mascotas con fines de extorsión se ha disparado, registrándose más de 500 casos en 2024, según cifras citadas por un medio nacional.
Uno de los testimonios más impactantes es el de Juan Diego Méndez, quien en marzo de 2024 fue víctima del robo de su perro Parker, un Boston Terrier de seis años. Mientras realizaba ejercicio en el Parque El Virrey, dos hombres armados en motocicleta lo abordaron y, al no hallar objetos de valor, se llevaron a su mascota.
Desde ese momento, Méndez fue sometido a una serie de amenazas y exigencias económicas para la devolución de Parker. Desesperado, recurrió a las redes sociales en busca de ayuda, pero sin éxito. “No sabía qué hacer ni a quién acudir”, relató.
Meses después, gracias a un microchip de identificación, Parker fue encontrado en una clínica veterinaria en el sur de Bogotá. El dispositivo permitió que su dueño fuera localizado y se lograra el reencuentro. Este caso subraya la necesidad de una mayor respuesta institucional ante el secuestro de mascotas, un delito en crecimiento que sigue afectando a cientos de familias en Colombia.



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