Volvió el flagelo. Se dispararon secuestros en #Nortedesantander

El dramático aumento de los secuestros en el departamento de Norte de Santander tiene a las autoridades en máxima alerta. Al secuestro del hijo del gerente del hospital de Ocaña, Sergio Andrés Tamayo Cáceres, se suma la reciente retención de una joven pareja de empresarios en Tibú, hechos que reflejan la preocupante expansión de la violencia en la región del Catatumbo, una de las zonas más golpeadas por el conflicto armado.

En los últimos meses, se han registrado múltiples casos que evidencian el deterioro de la seguridad. Entre ellos, el secuestro del joven Kevin Alexis Patarroyo Acevedo, de 19 años, ocurrido el pasado 1 de marzo en zona rural entre Ábrego y La Playa de Belén, donde fue interceptado por hombres armados. Asimismo, el líder comunal Enrique Villamizar, del sector Campo Raya en Tibú, fue retenido por presuntas disidencias de las FARC, según confirmaron fuentes comunitarias.

Otro hecho reciente que ha generado consternación fue el secuestro del comerciante Silverio Sanguino y su hijo, ocurrido el 19 de septiembre en la vereda La Llana, sobre la vía Cúcuta–Tibú. Según las autoridades, ambos fueron interceptados por hombres armados cuando se movilizaban en su vehículo. Horas más tarde, el joven fue liberado, mientras que Silverio permaneció varios días en poder de sus captores hasta su liberación, tras la presión de las fuerzas de seguridad y la comunidad.

A estos hechos se suma el secuestro masivo en el corregimiento de Aserrío, municipio de Teorama, donde al menos 20 personas —entre ellas 10 mujeres— fueron retenidas por integrantes del ELN. De igual forma, la Defensoría del Pueblo ha denunciado que más de 60 personas permanecen secuestradas entre el Catatumbo y Arauca, presuntamente en poder del mismo grupo insurgente.